18. Presentará al sacerdote un carnero del rebaño, que no tenga ningún defecto, o su equivalente en dinero, como ofrenda de reparación. Entonces el sacerdote practicará el rito de expiación en favor de esa persona, por la falta que cometió inadvertidamente, y así será perdonada:





“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina