16. Por eso el Señor no perdona a sus jóvenes ni se compadece de sus huérfanos y de sus viudas, porque todo este pueblo es impío y malvado y toda boca profiere insensateces. A pesar de todo esto, no se aplacó su ira y su mano está aún extendida.





“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina