Isaías, 34
3. Sus víctimas son arrojadas afuera, de sus cadáveres sube el hedor, y con su sangre se disuelven las montañas.
3. Sus víctimas son arrojadas afuera, de sus cadáveres sube el hedor, y con su sangre se disuelven las montañas.
“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina