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  • Permanece en tu tienda, ahorrando hombres de tu ejército. Tus siervos ocuparán las fuentes que brotan de la falda de la montaña. (Judit 7, 12)

  • "Has salvado tu vida apresurándote a venir a nuestro jefe. Vete a su tienda; algunos de nosotros te escoltaremos hasta allí. (Judit 10, 15)

  • Escogieron a cien hombres, que las acompañaron y guiaron hasta la tienda de Holofernes. (Judit 10, 17)

  • La noticia se propagó de tienda en tienda; de todo el campamento acudían y la rodeaban, mientras ella, fuera de la tienda de Holofernes, esperaba el anuncio de su llegada. (Judit 10, 18)

  • Los guardias personales de Holofernes y todos sus ayudantes de campo salieron y la introdujeron en la tienda. (Judit 10, 20)

  • Anunciaron la llegada, y se dirigió a la entrada de su tienda, precedido de lámparas de plata. (Judit 10, 22)

  • Los ayudantes de campo la llevaron a su tienda. Durmió hasta medianoche, y se levantó de madrugada. (Judit 12, 5)

  • Volvía purificada, y permanecía en su tienda hasta el atardecer, en que tomaba sus alimentos. (Judit 12, 9)

  • Cuando se hizo tarde, los servidores se retiraron. Bagoas cerró por fuera la puerta de la tienda, procurando dejar solo a su señor. Cansados de tanto comer y beber, todos se fueron a dormir. (Judit 13, 1)

  • Solamente quedó Judit en la tienda con Holofernes, el cual, completamente borracho, estaba tumbado en la cama. (Judit 13, 2)

  • Todos, grandes y pequeños, se habían ido, y no había nadie en la tienda. Judit, de pie junto a la cama, dijo interiormente: "Señor, Dios omnipotente, mira en este momento la obra de mis manos para la exaltación de Jerusalén. (Judit 13, 4)

  • Ellos entonces empuñarán sus armas e irán al campo a despertar a los generales del ejército asirio, que se presentarán en la tienda de Holofernes, pero no lo encontrarán. Entonces cundirá el pánico y huirán ante vuestra presencia. (Judit 14, 3)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina