pronađen 826 Rezultati za: muerte de Aarón

  • Aarón y sus hijos los llevarán puestos cuando entren en la tienda de la reunión y cuando se acerquen al altar a oficiar en el santuario, para que no incurran en pecado y mueran. Ley perpetua para Aarón y para toda su descendencia". (Exodo 28, 43)

  • Haces avanzar a Aarón y a sus hijos hasta la puerta de la tienda de la reunión, y los lavas con agua. (Exodo 29, 4)

  • Tomas las vestiduras y pones a Aarón la túnica, el manto, el efod y el pectoral, y le ciñes con el cinturón del efod. (Exodo 29, 5)

  • ciñes la cintura a Aarón y a sus hijos y les pones las tiaras, con lo cual el sacerdocio les pertenecerá en propiedad. Ésta es la ley perpetua. De este modo consagrarás a Aarón y a sus hijos. (Exodo 29, 9)

  • Después llevas el becerro hasta la tienda de la reunión, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 10)

  • Tomas después uno de los carneros, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 15)

  • Tomas el segundo carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su cabeza. (Exodo 29, 19)

  • Luego lo inmolas, tomas de su sangre y untas con ella la ternilla de la oreja derecha de Aarón y de sus hijos, y el dedo pulgar de sus manos derechas y el de sus pies derechos, y rocías el altar todo alrededor. (Exodo 29, 20)

  • Tomas sangre de sobre el altar y óleo de la unción y asperjas a Aarón y a sus hijos y sus respectivas vestiduras. Así quedarán consagrados Aarón y sus hijos con sus vestiduras. (Exodo 29, 21)

  • Lo pones todo en las manos de Aarón y de sus hijos, para que hagan la ceremonia del balanceo delante del Señor. (Exodo 29, 24)

  • Tomas el pecho del carnero de investidura, perteneciente a Aarón, y haces la ceremonia del balanceo ante el Señor. Ello será tu porción. (Exodo 29, 26)

  • De este modo consagrarás el pecho de balanceo y el muslo de elevación, esto es, lo balanceado y elevado del carnero de consagración, reservado a Aarón y a sus hijos. (Exodo 29, 27)


“O medo excessivo nos faz agir sem amor, mas a confiança excessiva não nos deixa considerar o perigo que vamos enfrentar”. São Padre Pio de Pietrelcina