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Yerajmeel tuvo otra mujer llamada Atará, la madre de Onán. (I Crónicas 2, 26)
También dio a luz a Sáaf, padre de Madmaná, y a Sebá, padre de Macbená y de Guibeá. Caleb tuvo también una hija llamada Axa. (I Crónicas 2, 49)
Los habitantes de Jebús dijeron a David: "No entrarás aquí". Pero David se apoderó de la fortaleza de Sión, llamada luego ciudad de David. (I Crónicas 11, 5)
David fue con todo Israel a Baalá, cerca de Quiriat Yearín, en Judá, con el fin de trasladar el arca de Dios, llamada "el Señor todopoderoso, el que se sienta sobre los querubines". (I Crónicas 13, 6)
Cuando fui mayor, me casé con una mujer de nuestra familia, llamada Ana, de la que tuve un hijo llamado Tobías. (Tobías 1, 9)
Rafael dijo a Tobías: "Hermano Tobías". Le respondió: "¿Qué quieres?". Le dijo: "Esta noche la pasaremos en casa de Ragüel. Es tu pariente. Tiene una hija llamada Sara. (Tobías 6, 11)
Entraba por la tarde, y a la mañana era llevada al segundo harén, bajo la vigilancia de Saasgaz, eunuco del rey y guardián de las concubinas. No volvía a presentarse ante el rey, a no ser que él lo desease y fuese llamada nominalmente. (Ester 2, 14)
El hijo de Abubos los recibió hipócritamente en una pequeña fortaleza llamada Doc, que él había construido. Les dio un gran banquete, pero puso hombres al acecho. (I Macabeos 16, 15)
Timoteo, informado de que Judas marchaba contra él, envió las mujeres, los niños y los bagajes a una fortaleza llamada Carnión, lugar inexpugnable y de acceso difícil por lo quebrado del terreno. (II Macabeos 12, 21)
"La secta de los judíos llamada asideos, cuyo caudillo es Judas Macabeo, fomenta guerras y sediciones y no deja al reino vivir en paz. (II Macabeos 14, 6)
Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién ha creado todos estos astros, sino el que despliega en orden sus mesnadas y llama a cada uno por su nombre? Tanta es su fuerza, tan grande su poder que ninguno falta a su llamada. (Isaías 40, 26)
Así, pues, enmendad vuestra conducta y vuestra manera de obrar, escuchad la llamada del Señor, vuestro Dios, y el Señor retirará la desgracia con que os ha amenazado. (Jeremías 26, 13)