pronađen 174 Rezultati za: conversión de Pablo

  • hasta el punto de que, con sólo aplicar a los enfermos los pañuelos o cualquier otra prenda de Pablo, se curaban y salían los espíritus malignos. (Hechos 19, 12)

  • Algunos exorcistas judíos ambulantes intentaron también invocar el nombre de Jesús, el Señor, sobre los que estaban poseídos por espíritus malignos, diciendo: "Os conjuro por Jesús, a quien Pablo predica". (Hechos 19, 13)

  • Pero el espíritu maligno les respondió: "Conozco a Jesús y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?". (Hechos 19, 15)

  • Después de esos sucesos, Pablo se propuso atravesar Macedonia y Acaya e ir a Jerusalén. Se decía: "Debo visitar también Roma". (Hechos 19, 21)

  • veis y oís que no sólo en Éfeso, sino en casi toda Asia, ese Pablo ha apartado y persuadido a mucha gente, diciendo que no son dioses los que han sido hechos con las manos de los hombres. (Hechos 19, 26)

  • El desorden cundió por toda la ciudad y se lanzaron a una hacia el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. (Hechos 19, 29)

  • Pablo quería presentarse ante el pueblo, pero los discípulos no lo dejaron. (Hechos 19, 30)

  • Después que cesó el alboroto, Pablo llamó a los discípulos, les dio ánimo, se despidió de ellos y partió para Macedonia. (Hechos 20, 1)

  • El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan. Pablo, que iba a partir al día siguiente, estuvo hablando con ellos hasta medianoche. (Hechos 20, 7)

  • Un joven, llamado Eutico, estaba sentado en la ventana. Como Pablo se alargaba demasiado en su conversación, le entró un sueño tan profundo que, vencido por él, se cayó desde el tercer piso abajo, y lo levantaron ya cadáver. (Hechos 20, 9)

  • Pablo bajó, se echó sobre él y, abrazándolo, dijo: "Tranquilos, que está vivo". (Hechos 20, 10)

  • Nosotros zarpamos con tiempo suficiente rumbo a Aso, donde teníamos que recoger a Pablo, pues él había decidido hacer el viaje por tierra. (Hechos 20, 13)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina