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  • Las ciudades que deis a los levitas serán seis ciudades de refugio, cedidas por vosotros para que en ellas encuentre asilo el homicida, y otras cuarenta y dos ciudades más, (Números 35, 6)

  • encontraréis ciudades que serán para vosotros ciudades de refugio, donde hallará asilo el homicida que haya matado a alguno involuntariamente. (Números 35, 11)

  • Serán seis estas ciudades de refugio. (Números 35, 13)

  • Estas seis ciudades servirán de refugio para los israelitas y para los extranjeros residentes o de paso; en ellas se podrá refugiar el que haya matado a alguno involuntariamente. (Números 35, 15)

  • salvando al homicida de las manos del vengador de sangre; lo volverá a la ciudad de refugio donde había huido, y allí se quedará hasta la muerte del sumo sacerdote ungido con el óleo santo. (Números 35, 25)

  • y el vengador de sangre lo encuentra fuera del territorio de su ciudad de refugio, podrá matarlo sin ninguna responsabilidad, (Números 35, 27)

  • porque el homicida debe permanecer en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Solamente después de la muerte del sumo sacerdote podrá volver a la tierra donde tiene su heredad. (Números 35, 28)

  • Tampoco aceptaréis rescate para dejar salir al refugiado de su ciudad de refugio y que habite en su tierra antes de la muerte del sumo sacerdote. (Números 35, 32)

  • donde pudiera encontrar refugio el homicida que hubiera matado involuntariamente a su prójimo sin haber existido enemistad previa entre ellos; refugiándose en una de estas ciudades, podrá salvar su vida: (Deuteronomio 4, 42)

  • Allanarás los caminos de acceso y dividirás en tres sectores el territorio que el Señor, tu Dios, te da en heredad, con el fin de que todo homicida pueda encontrar refugio en estas ciudades. (Deuteronomio 19, 3)

  • Entonces les dirá: ¿Dónde están sus dioses, la roca en que buscaban su refugio, (Deuteronomio 32, 37)

  • ante los que comían la grasa de sus víctimas y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten y os socorran, que sean para vosotros un refugio! (Deuteronomio 32, 38)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina