pronađen 28 Rezultati za: Cisterna

  • Vamos a matarlo: lo echamos en una cisterna y luego decimos que una bestia feroz lo devoró. Veremos en qué paran sus sueños". (Génesis 37, 20)

  • Y añadió: "No derraméis sangre; echadlo a esa cisterna solitaria, pero no pongáis las manos en él". Era para librarlo de sus manos y devolverlo luego a su padre. (Génesis 37, 22)

  • lo agarraron y lo echaron en una cisterna vacía, sin agua. (Génesis 37, 24)

  • Al pasar los mercaderes madianitas, ellos sacaron a José de la cisterna. Vendieron a José a los ismaelitas por veinte monedas de plata, y éstos se lo llevaron a Egipto. (Génesis 37, 28)

  • Rubén volvió a la cisterna, y José ya no estaba allí. Rasgó sus vestiduras, (Génesis 37, 29)

  • Si uno deja una cisterna abierta, o la cava y no la cubre, y un buey o un asno cae dentro, (Exodo 21, 33)

  • el dueño de la cisterna reparará los daños, pagará en dinero al dueño del buey o del asno, y el animal muerto será suyo. (Exodo 21, 34)

  • Entonces fue él mismo a Ramá y, cuando llegó a la cisterna de la era que se encuentra en la colina, preguntó: "¿Dónde están Samuel y David?". Le respondieron: "Están en Nayot de Ramá". (I Samuel 19, 22)

  • Joab, al salir de estar con David, envió mensajeros en persecución de Abner, que le hicieron volver desde la cisterna de Sirá, sin saberlo David. (II Samuel 3, 26)

  • Pero les vio un joven y se lo comunicó a Absalón. Entonces los dos, caminando de prisa, llegaron a Bajurín, a casa de un hombre que tenía una cisterna en el patio, y allí se metieron. (II Samuel 17, 18)

  • La mujer tomó una manta, la extendió sobre la boca de la cisterna y esparció sobre ella grano molido, de suerte que no se notaba nada. (II Samuel 17, 19)

  • Cuando ya se habían ido, salieron de la cisterna, fueron a informar a David y le dijeron: "Poneos en marcha y pasad rápidamente el río, porque éste es el consejo que ha dado Ajitófel contra vosotros". (II Samuel 17, 21)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina