pronađen 957 Rezultati za: sea

  • para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos. (II Corintios 2, 11)

  • ¡Gracias sean dadas a Dios, que nos lleva siempre en su triunfo, en Cristo, y por nuestro medio difunde en todas partes el olor de su conocimiento! (II Corintios 2, 14)

  • No que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios, (II Corintios 3, 5)

  • Antes bien, hemos repudiado el silencio vergonzoso no procediendo con astucia, ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios. (II Corintios 4, 2)

  • Y todo esto, para vuestro bien a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios. (II Corintios 4, 15)

  • Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste, (II Corintios 5, 2)

  • ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser devestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. (II Corintios 5, 4)

  • Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal. (II Corintios 5, 10)

  • ¡Gracias sean dadas a Dios, que pone en el corazón de Tito el mismo interés por vosotros!, (II Corintios 8, 16)

  • No sea que vayan los macedonios conmigo y os encuentren sin prepararos, y nuestra gran confianza se torne en confusión nuestra, por no decir vuestra. (II Corintios 9, 4)

  • Por tanto, he creído necesario rogar a los hermanos que vayan antes donde vosotros y preparen de antemano vuestros ya anunciados generosos dones, a fin de que sean preparados como dones generosos y no como una tacañería. (II Corintios 9, 5)

  • ¡Gracias sean dadas a Dios por su don inefable! (II Corintios 9, 15)


“Que Nossa Senhora aumente a graça em você e a faça digna do Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina