pronađen 143 Rezultati za: quienes

  • El rey recogía grandes sumas y las repartía a quienes quería hacer favores. (II Macabeos 1, 35)

  • Por tanto, si tenéis necesidad de ellos, enviad a quienes os los lleven. (II Macabeos 2, 15)

  • los sacerdotes, postrados ante el altar con sus vestiduras sacerdotales, suplicaban al Cielo, el que había dado la ley sobre los bienes en depósito, que los guardara intactos para quienes los habían depositado. (II Macabeos 3, 15)

  • Mientras ellos invocaban al Señor Todopoderoso para que guardara intactos, en completa seguridad, los bienes en depósito para quienes los habían confiado, (II Macabeos 3, 22)

  • Por esto mismo, una difícil situación les puso en aprieto, y tuvieron como enemigos y verdugos a los mismos cuya conducta emulaban y a quienes querían parecerse en todo. (II Macabeos 4, 16)

  • Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden con entereza, (Proverbios 2, 7)

  • Hacer tesoros con lengua engañosa, es vanidad fugitiva de quienes buscan la muerte. (Proverbios 21, 6)

  • Pues bien, un absurdo se da en la tierra: Hay justos a quienes les sucede cual corresponde a las obras de los malos, y malos a quienes sucede cual corresponde a las obras de los buenos. Digo que este es otro absurdo. (Eclesiastés 8, 14)

  • Sí, vanos por naturaleza todos los hombres en quienes había ignorancia de Dios y no fueron capaces de conocer por las cosas buenas que se ven a Aquél que es, ni, atendiendo a las obras, reconocieron al Artífice; (Sabiduría 13, 1)

  • A extender este culto contribuyó la ambición del artista y arrastró incluso a quienes nada del rey sabían; (Sabiduría 14, 18)

  • Los pájaros van a posarse donde sus semejantes, la verdad vuelve a quienes la practican. (Eclesiástico 27, 9)

  • Los ojos del Señor sobre quienes le aman, poderosa protección, probado apoyo, abrigo contra el viento abrasador, abrigo contra el ardor del mediodía, guardia contra tropiezos, auxilio contra caídas, (Eclesiástico 34, 16)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina