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  • Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado. (Isaías 14, 19)

  • Entonces mi amargura se trocará en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados. (Isaías 38, 17)

  • y sacaron a Urías de Egipto y lo trajeron al rey Yoyaquim, quien lo acuchilló y echó su cadáver a la fosa común. (Jeremías 26, 23)

  • Terror y fosa es nuestra suerte, desolación y ruina. (Lamentaciones 3, 47)

  • Sofocaron mi vida en una fosa y echaron piedras sobre mí. (Lamentaciones 3, 53)

  • Qof. Invoqué tu Nombre, Yahveh, desde la hondura de la fosa. (Lamentaciones 3, 55)

  • Oyeron hablar de él las naciones, en su fosa quedó preso; con garfios le llevaron al país de Egipto. (Ezequiel 19, 4)

  • Se alzaron contra él las naciones, las provincias circundantes; tendieron sobre él su red y en su fosa quedó preso. (Ezequiel 19, 8)

  • entonces te precipitaré con los que bajan a la fosa, con el pueblo de antaño; te haré habitar en los infiernos, como las ruinas de antaño, con los que bajan a la fosa, para que no vuelvas a ser restablecida en la tierra de los vivos. (Ezequiel 26, 20)

  • te precipitarán en la fosa, y morirás de muerte violenta en el corazón de los mares. (Ezequiel 28, 8)

  • Ha sido para que ningún árbol plantado junto a las aguas se engría de su talla, ni levante su copa por entre las nubes, y para que ningún árbol bien regado se estire hacia ellas con su altura. ¡Porque todos ellos están destinados a la muerte, a los infiernos, como el común de los hombres, como los que bajan a la fosa! (Ezequiel 31, 14)

  • Hice temblar a las naciones por el estrépito de su caída, cuando le precipité en el seol, con los que bajan a la fosa. En los infiernos se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y más bello del Líbano, regados todos por las aguas. (Ezequiel 31, 16)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina