pronađen 984 Rezultati za: corazón puro

  • Porque, si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo. (Romanos 10, 9)

  • Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia, y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. (Romanos 10, 10)

  • No vayas a destruir la obra de Dios por un alimento. Todo es puro, ciertamente, pero es malo comer dando escándalo. (Romanos 14, 20)

  • Más bien, como dice la Escritura, anunciamos: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman. (I Corintios 2, 9)

  • Mas el que ha tomado una firme decisión en su corazón, y sin presión alguna, y en pleno uso de su libertad está resuelto en su interior a respetar a su novia, hará bien. (I Corintios 7, 37)

  • Los secretos de su corazón quedarán al descubierto y, postrado rostro en tierra, adorará a Dios confesando que Dios está verdaderamente entre vosotros. (I Corintios 14, 25)

  • Efectivamente, os escribí en una gran aflicción y angustia de corazón, con muchas lágrimas, no para entristeceros, sino para que conocierais el amor desbordante que sobre todo a vosotros os tengo. (II Corintios 2, 4)

  • No volvemos a recomendarnos ante vosotros; solamente queremos daros ocasión para gloriaros de nosotros y así tengáis cómo responder a los que se glorían de lo exterior, y no de lo que está en el corazón. (II Corintios 5, 12)

  • ¡Corintios!, os hemos hablado con toda franqueza; nuestro corazón se ha abierto de par en par. (II Corintios 6, 11)

  • No está cerrado nuestro corazón para vosotros; los vuestros sí que lo están para nosotros. (II Corintios 6, 12)

  • No os digo esto con ánimo de condenaros. Pues acabo de deciros que en vida y muerte estáis unidos en mi corazón. (II Corintios 7, 3)

  • Y su corazón se inclina todavía más hacia vosotros al recordar la obediencia de todos vosotros y cómo le acogisteis con temor y temblor. (II Corintios 7, 15)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina