pronađen 172 Rezultati za: batalla de los amorreos

  • Llamó el rey a los gabaonitas y les dijo: (Estos gabaonitas no eran israelitas, sino uno de los residuos amorreos, a los que los israelitas habían hecho juramento. Pero Saúl intentó exterminarlos, llevado del celo por los israelitas y Judá.) (II Samuel 21, 2)

  • Después de él, Eleazar, hijo de Dodó, ajojita, uno de los tres héroes. Estaba con David en Pas Dammim cuando los filisteos se concentraron para presentar batalla y los hombres de Israel retrocedían. (II Samuel 23, 9)

  • Guéber, hijo de Urí, en la tierra de Gad, el país de Sijón, rey de los amorreos, y de Og, rey de Basán. Y había, además, un gobernador que estaba en el país. (I Reyes 4, 19)

  • Con toda la gente que había quedado de los amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los jivitas, de los jebuseos, que no eran israelitas, (I Reyes 9, 20)

  • Acamparon frente a frente durante siete días y el séptimo día trabaron batalla. Los israelitas batieron a los arameos, 100.000 infantes en un día. (I Reyes 20, 29)

  • Cuando el rey pasaba clamó al rey y dijo: «Tu siervo había llegado al centro de la batalla cuando uno abandonó las filas y me trajo un hombre y me dijo: "Custodia a este hombre; si llega a faltar, tu vida responderá por la suya, o pagarás un talento de plata." (I Reyes 20, 39)

  • Su proceder fue muy abominable, yendo tras los ídolos, en todo como los amorreos a los que expulsó Yahveh ante los israelitas. (I Reyes 21, 26)

  • Entonces un hombre disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel por entre las placas de la coraza, y el rey dijo a su auriga: «Da la vuelta y sácame de la batalla, porque me siento mal.» (I Reyes 22, 34)

  • Arreció aquel día la batalla y el rey fue sostenido en pie en su carro frente a los arameos, y a la tarde murió; la sangre de la herida corría por el fondo del carro. (I Reyes 22, 35)

  • Viendo el rey de Moab que llevaba la parte peor de la batalla, tomó consigo setecientos hombres que tiraban de espada para abrir brecha hacía el rey de Aram, pero no pudieron. (II Reyes 3, 26)

  • Pero el rey Joram tuvo que volverse a Yizreel para curarse de las heridas que le habían infligido los arameos en su batalla contra Jazael, rey de Aram. Jehú dijo: «Si éste es vuestro deseo, que no salga de la ciudad ningún fugitivo que ponga en aviso a Yizreel.» (II Reyes 9, 15)

  • «Porque Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones, haciendo el mal más que cuanto hicieron los amorreos antes de él, haciendo que también Judá pecase con sus ídolos, (II Reyes 21, 11)


“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina