pronađen 117 Rezultati za: Reinado de Joás

  • El año tercero de su reinado envió a sus oficiales Ben Jáyil, Abdías, Zacarías, Natanael y Miqueas para que enseñasen en las ciudades de Judá, (II Crónicas 17, 7)

  • El rey de Israel dijo: «Prended a Miqueas y llevádselo a Amón, gobernador de la ciudad, y a Joás, hijo del rey; (II Crónicas 18, 25)

  • El reinado de Josafat fue tranquilo, y su Dios le dio paz por todos lados. (II Crónicas 20, 30)

  • Pero Yehosebá, hija del rey, tomó a Joás, hijo de Ocozías, lo sacó de entre los hijos del rey a quienes estaban matando y lo puso a él y a su nodriza en el dormitorio. Yehosebá, hija del rey Joram, mujer del sacerdote Yehoyadá y hermana de Ocozías, lo ocultó de la vista de Atalía, que no pudo matarle. (II Crónicas 22, 11)

  • Siete años tenía Joás cuando empezó a reinar, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibía de Berseba. (II Crónicas 24, 1)

  • Joás hizo lo recto a los ojos de Yahveh durante toda la vida del sacerdote Yehoyadá. (II Crónicas 24, 2)

  • Después de esto resolvió Joás restaurar la Casa de Yahveh. (II Crónicas 24, 4)

  • Pues el rey Joás no se acordó del amor que le había tenido Yehoyadá, padre de Zacarías, sino que mató a su hijo, que exclamó al morir: «¡Véalo Yahveh y exija cuentas!» (II Crónicas 24, 22)

  • A la vuelta de un año subió contra Joás el ejército de los arameos, que invadieron Judá y Jerusalén, mataron de entre la población a todos los jefes del pueblo, y enviaron todo el botín al rey de Damasco, (II Crónicas 24, 23)

  • pues aunque el ejército de los arameos había venido con poca gente, Yahveh entregó en sus manos a un ejército muy grande; porque habían abandonado a Yahveh, el Dios de sus padres. De este modo los arameos hicieron justicia con Joás. (II Crónicas 24, 24)

  • Cuando se afianzó en su reinado, dio muerte a los servidores que habían matado al rey su padre. (II Crónicas 25, 3)

  • Amasías, rey de Judá, después de haber deliberado, envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, para decirle: «¡Sube y nos veremos las caras!» (II Crónicas 25, 17)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina