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  • (6-a)Tienes el territorio egipcio por delante: en lo mejor del país instala a tu padre y tus hermanos.» (6-b) «Que residan en el país de Gosen. Y si te consta que hay entre ellos gente capacitada, ponles por rabadanes de lo mío.» (Génesis 47, 6)

  • José llevó a su padre Jacob y le presentó delante de Faraón, y Jacob bendijo a Faraón. (Génesis 47, 7)

  • José instaló a su padre y sus hermanos, asignándoles predio en territio egipcio, en lo mejor del país, en el país de Ramsés, según lo había mandado Faraón. (Génesis 47, 11)

  • Y José proveyó al sustento familiar de su padre y sus hermanos y toda la casa de su padre. (Génesis 47, 12)

  • Sucedió tras esto que se le dijo a José: «Mira que tu padre está malo.» Entonces él tomó consigo a sus dos hijos Manasés y Efraím, (Génesis 48, 1)

  • Dijo José a su padre: «Son mis hijos, los que me ha dado Dios aquí.» Y él dijo: «Tráemelos acá, que yo les bendiga.» (Génesis 48, 9)

  • José los sacó de entre las rodillas de su padre, y se postró ante él rostro en tierra. (Génesis 48, 12)

  • Al ver José que su padre tenía la diestra puesta sobre la cabeza de Efraím, le pareció mal, y asió la mano de su padre para retirarla de sobre la cabeza de Efraím a la de Manasés. (Génesis 48, 17)

  • Y dijo José a su padre: «Así no, padre mío, que éste es el primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza. (Génesis 48, 18)

  • Pero rehusó su padre, y dijo: «Lo sé, hijo mío, lo sé; también él será grande. Sin embargo, su hermano será más grande que él, y su descendencia se hará una muchedumbre de gentes. (Génesis 48, 19)

  • Apiñaos y oíd, hijos de Jacob, y escuchad a Israel, vuestro padre. (Génesis 49, 2)

  • espumas como el agua: ¡Cuidado, no te desbordes! porque subiste al lecho de tu padre; entonces violaste mi tálamo al subir. (Génesis 49, 4)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina