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  • Porque está aquí quien forma los montes y crea el viento, quien descubre al hombre cuál es su pensamiento, quien hace aurora las tinieblas, y avanza por las alturas de la tierra: Yahveh, Dios Sebaot es su nombre. (Amós 4, 13)

  • He aquí que vienen días - oráculo de Yahveh - en que el arador empalmará con el segador y el pisador de la uva con el sembrador; destilarán vino los montes y todas las colinas se derretirán. (Amós 9, 13)

  • A las raíces de los montes descendí, a un país que echó sus cerrojos tras de mí para siempre, mas de la fosa tú sacaste mi vida, Yahveh, Dios mío. (Jonás 2, 7)

  • Debajo de él los montes se derriten, y los valles se hienden, como la cera al fuego, como aguas que se precipitan por una pendiente. (Miqueas 1, 4)

  • Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes, y se alzará por encima de las colinas. Y afluirán a él los pueblos, (Miqueas 4, 1)

  • Escuchad ahora lo que dice Yahveh: «¡Levántate, pleitea con los montes y oigan las colinas tu voz!» (Miqueas 6, 1)

  • ¡Escuchad, montes, el pleito de Yahveh, prestad oído, cimientos de la tierra, pues Yahveh tiene pleito con su pueblo, se querella contra Israel: (Miqueas 6, 2)

  • Tiemblan los montes ante él, y las colinas se estremecen; en su presencia se levanta la tierra, el orbe y todos los que en él habitan. (Nahún 1, 5)

  • ¡He aquí por los montes los pies del mensajero de buenas nuevas, el que anuncia la paz! Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos, porque no volverá a pasar por ti Belial: ha sido extirpado totalmente. (Nahún 2, 1)

  • dormidos tus pastores, rey de Asur! Dormitan tus capitanes, tu pueblo está disperso por los montes, y no hay quien los reúna. (Nahún 3, 18)

  • Se planta él y hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las naciones; se desmoronan los montes eternos, se hunden los collados antiguos, ¡sus caminos de siempre! (Habacuc 3, 6)

  • ¿Contra los ríos arde tu cólera, Yahveh, contra el mar tu furor, para que montes en tus caballos, en tus carros de victoria? (Habacuc 3, 8)


“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina