pronađen 844 Rezultati za: Moisés y serpiente

  • que es fiel al que le instituyó, como lo fue también Moisés en toda su casa. (Hebreos 3, 2)

  • Pues ha sido juzgado digno de una gloria en tanto superior a la de Moisés, en cuanto la dignidad del constructor de la casa supera a la casa misma. (Hebreos 3, 3)

  • Ciertamente, Moisés fue fiel en toda su casa, como servidor, para atestiguar cuanto había de anunciarse, (Hebreos 3, 5)

  • ¿quiénes son los que, habiéndole oído, le movieron querella? ¿Es que no fueron todos los que salieron de Egipto por medio de Moisés? (Hebreos 3, 16)

  • Y es bien manifiesto que nuestro Señor procedía de Judá, y a esa tribu para nada se refirió Moisés al hablar del sacerdocio. (Hebreos 7, 14)

  • Estos dan culto en lo que es sombra y figura de realidades celestiales, según le fue revelado a Moisés al emprender la construcción de la Tienda. Pues dice: Mira, harás todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte. (Hebreos 8, 5)

  • Pues Moisés, después de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo (Hebreos 9, 19)

  • Si alguno viola la Ley de Moisés es condenado a muerte sin compasión, por la declaración de dos o tres testigos. (Hebreos 10, 28)

  • Por la fe, Moisés, recién nacido, fue durante tres meses ocultado por sus padres, pues vieron que el niño era hermoso y no temieron el edicto del rey. (Hebreos 11, 23)

  • Por la fe, Moisés, ya adulto, rehusó ser llamado hijo de una hija de Faraón, (Hebreos 11, 24)

  • Tan terrible era el espectáculo, que el mismo Moisés dijo: Espantado estoy y temblando. (Hebreos 12, 21)

  • En cambio el arcángel Miguel, cuando altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar contra él juicio injurioso, sino que dijo: «Que te castigue el Señor». (Judas 1, 9)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina