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  • Levantóse Rebeca con sus doncellas y, montadas en los camellos, siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebecaa y se fue. (Génesis 24, 61)

  • Bajó la hija de Faraón a bañarse en el Río y, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla del Río, divisó la cestilla entre los juncos, y envió una criada suya para que la cogiera. (Exodo 2, 5)

  • ¡«Será que han cogido botín y lo reparten: una doncella, dos doncellas para cada guerrero; botín de paños de colores para Sísara, botín de paños de colores; un manto, dos mantos bordados para mi cuello!» (Jueces 5, 30)

  • Esto es lo que habéis de hacer: Consagraréis al anatema a todo varón y a toda mujer que haya conocido varón, pero dejaréis con vida a las doncellas.» Así lo hicieron. (Jueces 21, 11)

  • Hablaba de incendiar mis tierras, de pasar mis jóvenes a espada, de estrellar contra el suelo a los lactantes, de entregar como botín a mis niños y de dar como presa a mi doncellas. (Judit 16, 4)

  • La joven le agradó y ganó su favor, por lo que se apresuró a proporcionarle cuanto necesitaba para su adorno y mantenimiento; diole también siete doncellas elegidas de la casa del rey y la instaló, con sus doncellas, en el mejor departamento del harén. (Ester 2, 9)

  • delante los cantores, los músicos detrás, las doncellas en medio, tocando el tamboril! (Salmos 68, 26)

  • jóvenes y doncellas también, viejos junto con los niños! (Salmos 148, 12)

  • Jefes y ancianos gimieron, languidecieron doncellas y jóvenes, la belleza de las mujeres se marchitó. (I Macabeos 1, 26)

  • Perecieron jóvenes y ancianos; fueron asesinados muchachos, mujeres y niños, y degollaron a doncellas y niños de pecho. (II Macabeos 5, 13)

  • mejores al olfato tus perfumes; ungüento derramado es tu nombre, por eso te aman las doncellas. (Cantar 1, 3)

  • Sesenta son las reinas, ochenta las concubinas, (e innumerables las doncellas). (Cantar 6, 8)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina