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  • Yo os quisiera libres de preocupaciones. El no casado se preocupa de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor. (I Corintios 7, 32)

  • El casado se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer; (I Corintios 7, 33)

  • está por tanto dividido. La mujer no casada, lo mismo que la doncella, se preocupa de las cosas del Señor, de ser santa en el cuerpo y en el esp1ritu. Mas la casada se preocupa de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. (I Corintios 7, 34)

  • Por tanto, el que se casa con su novia, obra bien. Y el que no se casa, obra mejor. (I Corintios 7, 38)

  • La mujer está ligada a su marido mientras él viva; mas una vez muerto el marido, queda libre para casarse con quien quiera, pero sólo en el Señor. (I Corintios 7, 39)

  • Pues, ante todo, oigo que, al reuniros en la asamblea, hay entre vosotros divisiones, y lo creo en parte. (I Corintios 11, 18)

  • porque cada uno come primero su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga. (I Corintios 11, 21)

  • ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O es que despreciáis a la Iglesia de Dios y avergonzáis a los que no tienen? ¿Qué voy a deciros? ¿Alabaros? ¡En eso no los alabo! (I Corintios 11, 22)

  • Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, a fin de que no os reunáis para castigo vuestro. Lo demás lo dispondré cuando vaya. (I Corintios 11, 34)

  • El que habla en lengua, se edifica a sí mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea. (I Corintios 14, 4)

  • Deseo que habléis todos en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticéis. Pues el que profetiza, supera al que habla en lenguas, a no ser que también interprete, para que la asamblea reciba edificación. (I Corintios 14, 5)

  • Así pues, ya que aspiráis a los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la asamblea. (I Corintios 14, 12)


O sábio elogia a mulher forte dizendo: os seu dedos manejaram o fuso. A roca é o alvo dos seus desejos. Fie, portanto, cada dia um pouco. Puxe fio a fio até a execução e, infalivelmente, você chegará ao fim. Mas não tenha pressa, pois senão você poderá misturar o fio com os nós e embaraçar tudo.” São Padre Pio de Pietrelcina