pronađen 30 Rezultati za: subido
Josué hizo lo que le había dicho Moisés, y fue a combatir contra los amalecitas. Entretanto, Moisés, Aarón y Jur habían subido a la cima del monte. (Exodo 17, 10)
Pero los hombres que habían subido con él replicaron: "No podemos atacar a esa gente, porque es más fuerte que nosotros". (Números 13, 31)
mientras yo hacía de intermediario entre el Señor y ustedes para anunciarles su palabra, porque ustedes, atemorizados por el fuego, no habían subido a la montaña. El Señor dijo: (Deuteronomio 5, 5)
Cuando informaron a Sísara que Barac, hijo de Abinóam, había subido al monte Tabor, (Jueces 4, 12)
Al ver que nadie venía en mi ayuda, marché contra los amonitas arriesgando mi propia vida, y el Señor los entregó en mis manos. ¿Por qué entonces han subido hoy a hacerme la guerra?". (Jueces 12, 3)
Los hombres de Judá les preguntaron: "¿Por qué han subido contra nosotros?". Ellos les respondieron: "Subimos para llevar atado a Sansón y hacer con él lo que él hizo con nosotros". (Jueces 15, 10)
Los benjaminitas, por su parte, oyeron que los israelitas habían subido a Mispá. Los israelitas dijeron: "Cuéntennos cómo ha sucedido el crimen". (Jueces 20, 3)
Luego los israelitas dijeron: "¿Cuál entre todas las tribus de Israel no ha subido a la asamblea delante del Señor?". Porque contra el que no se presentara ante el Señor en Mispá, se había pronunciado este juramento solemne: "Morirá irremediablemente". (Jueces 21, 5)
Por eso preguntaron: "¿Hay alguna entre las tribus de Israel que no ha subido a presentarse ante el Señor en Mispá?". Y resultó que ningún hombre de Iabés de Galaad había venido al campamento para la asamblea. (Jueces 21, 8)
Los hebreos que antes habían estado al servicio de los filisteos, y que habían subido con ellos al campamento, también se plegaron a los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán. (I Samuel 14, 21)
David estaba sentado entre las dos puertas. El centinela, que había subido a la azotea de la Puerta, encima de la muralla, alzó los ojos y vio a un hombre que corría solo. (II Samuel 18, 24)
Porque has temblado de rabia contra mí, y tu insolencia ha subido a mis oídos, pondré mi garfio en tus narices y mi bozal en tus labios, y te haré volver por el camino por donde habías venido. (II Reyes 19, 28)