pronađen 75 Rezultati za: segunda venida

  • Por segunda vez le pregunté: "¿Qué son las dos ramas de olivo, que derraman aceite dorado a través de los dos tubos de oro?". (Zacarías 4, 12)

  • ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos. (Malaquías 3, 2)

  • Cuando llegó al monte de los Olivos, Jesús se sentó y sus discípulos le preguntaron en privado: «¿Cuándo sucederá esto y cuál será la señal de tu Venida y del fin del mundo?». (Mateo 24, 3)

  • Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre. (Mateo 24, 27)

  • Se alejó por segunda vez y suplicó: «Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad». (Mateo 26, 42)

  • Jesús le respondió: «Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me habrás negado tres veces». (Marcos 14, 30)

  • En seguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro recordó las palabras que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo por segunda vez, tú me habrás negado tres veces». Y se puso a llorar. (Marcos 14, 72)

  • Nicodemo le preguntó: «¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?». (Juan 3, 4)

  • Los judíos llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: «Glorifica a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador». (Juan 9, 24)

  • Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». (Juan 21, 16)

  • Jesús le respondió: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme». (Juan 21, 22)

  • Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «Él no morirá», sino: «Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?». (Juan 21, 23)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina