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  • El Señor te castigará con locura, ceguera y delirio, (Deuteronomio 28, 28)

  • Al oír estas palabras, que consideraban una verdadera locura, los que lo conducían cambiaron en crueldad la benevolencia que antes le habían demostrado. (II Macabeos 6, 29)

  • Más vale toparse con una osa privada de sus crías que con un necio en su locura. (Proverbios 17, 12)

  • Me dediqué a conocer la sabiduría, la ciencia, la locura y la necedad, y advertí que también eso es correr tras el viento. (Eclesiastés 1, 17)

  • De la risa, dije: "No es más que locura", y de la alegría: "¿Para qué sirve?". (Eclesiastés 2, 2)

  • Entonces volví mis ojos hacia la sabiduría, hacia la locura y la insensatez. Porque ¿qué hará el sucesor del rey? Lo mismo que ya se había hecho antes. (Eclesiastés 2, 12)

  • Yo me dediqué con el mayor empeño a conocer, a explorar, y a buscar la sabiduría y la razón de las cosas y reconocí que la maldad es una insensatez, y la necedad, una locura. (Eclesiastés 7, 25)

  • Esto es lo malo en todo lo que sucede bajo el sol: como es igual la suerte de todos, el corazón de los hombres se llena de maldad, la locura está dentro de ellos mientras viven, y después, acaban entre los muertos. (Eclesiastés 9, 3)

  • "Este es el que antes poníamos en ridículo y convertíamos en objeto de escarnio. ¡Insensatos de nosotros! Su vida nos parecía una locura y su fin una ignominia. (Sabiduría 5, 4)

  • Por haberse apartado del camino de la Sabiduría, no sólo tuvieron la desgracia de no conocer el bien, sino que, además, dejaron a los vivientes un momento de su locura, para que sus faltas no quedaran ocultas. (Sabiduría 10, 8)

  • Por eso, a los que en su locura habían llevado una vida injusta, los atormentaste con sus propias abominaciones, (Sabiduría 12, 23)

  • No te pongas en camino con un aventurero, no sea que se convierta en una carga para ti, porque él obrará según su capricho y su locura te hará perecer junto con él. (Eclesiástico 8, 15)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina