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  • También se ofrecerá un chivo como sacrificio por el pecado. Todo esto, además de la víctima por el pecado ofrecida en la fiesta de la Expiación, del holocausto perpetuo, de su oblación y de sus correspondientes libaciones. (Números 29, 11)

  • Ofrecerán como holocausto de aroma agradable al Señor trece novillos, dos carneros y catorce corderos de un año y sin defecto, (Números 29, 13)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 16)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y sus libaciones. (Números 29, 19)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 22)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 25)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 28)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 31)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 34)

  • Ofrecerán como holocausto, como ofrenda que se quema con aroma agradable al Señor, un novillo, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto, (Números 29, 36)

  • También ofrecerán un chivo como sacrificio por el pecado, además del holocausto perpetuo, de su oblación y su libación. (Números 29, 38)

  • Allí harás el holocausto de la carne y de la sangre sobre el altar del Señor, tu Dios. En cuanto a tus sacrificios, la sangre será derramada sobre el altar del Señor, tu Dios, y tú comerás la carne. (Deuteronomio 12, 27)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina