pronađen 48 Rezultati za: derrota de los amalecitas

  • David fue a Queilá con sus hombres; atacó a los filisteos, se llevó sus rebaños y les infligió una gran derrota. Así salvó David a los habitantes de Queilá. (I Samuel 23, 5)

  • David subía con sus hombres, y atacaban por sorpresa a los guesuritas, los guirzitas y los amalecitas, porque esa gente ocupaba el territorio que va de Telam en dirección a Sur y hasta el país de Egipto. (I Samuel 27, 8)

  • Al tercer día, cuando David y sus hombres llegaron a Siquelag, los amalecitas habían incursionado por el Négueb y contra Siquelag. Habían arrasado y prendido fuego a Siquelag, (I Samuel 30, 1)

  • El muchacho lo guió, y encontraron a los amalecitas desparramados por toda la comarca, comiendo, bebiendo y festejando por el gran botín que habían recogido en el país de los filisteos y en el país de Judá. (I Samuel 30, 16)

  • David salvó todo lo que le habían arrebatado los amalecitas y, en especial, libró a sus dos mujeres. (I Samuel 30, 18)

  • No les faltó nadie, ni grande ni pequeño, ni hijos ni hijas, ni nada del botín y de todo lo que les habían quitado los amalecitas: David lo recuperó todo. (I Samuel 30, 19)

  • Después de la muerte de Saúl, David volvió de derrotar a los amalecitas y permaneció dos días en Siquelag. (II Samuel 1, 1)

  • Yo me abalancé sobre él y lo maté, porque sabía que no podría sobrevivir a su derrota. En seguida le quité la diadema que tenía en la cabeza y el brazalete que llevaba en el brazo, y aquí se los traigo a mi señor". (II Samuel 1, 10)

  • Entonces salió el rey de Israel y se apoderó de los caballos y los carros, infligiendo a Arám una gran derrota. (I Reyes 20, 21)

  • Abías y su ejército les infligieron una gran derrota, y cayeron quinientos mil hombres escogidos de Israel. (II Crónicas 13, 17)

  • Entonces el Señor, su Dios, lo entregó en manos del rey de los arameos. Estos lo derrotaron y capturaron gran cantidad de prisioneros que fueron llevados a Damasco. También fue entregado en manos del rey de Israel, que le infligió una gran derrota: (II Crónicas 28, 5)

  • Pero ahora, para que mi señor no sufra una derrota y un fracaso, y para que la muerte caiga sobre ellos, han incurrido en un pecado con el que provocarán la ira de su Dios apenas cometan ese desatino. (Judit 11, 11)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina