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  • -es decir, todo el resto del novillo- los llevará a un lugar puro situado fuera del campamento, al sitio donde se echan las cenizas, y allí los quemará con leña. (Levítico 4, 12)

  • que tenga las pezuñas partidas -es decir, divididas en dos mitades- y que sea rumiante. (Levítico 11, 3)

  • el dueño de la casa irá a decir al sacerdote: "He visto en mi casa algo así como lepra". (Levítico 14, 35)

  • Tú y Aarón registrarán a todos los hombres de Israel que son aptos para la guerra, es decir, a los que tienen más de veinte años, agrupados por regimientos. (Números 1, 3)

  • Registra a todos los que puedan entrar en servicio, para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, a los que tengan entre treinta y cincuenta años. (Números 4, 3)

  • Registra a todos los que puedan entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, a los que tengan entre treinta y cincuenta años. (Números 4, 23)

  • a todos los que puedan entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, a los que tengan entre treinta y cincuenta años. (Números 4, 30)

  • registrando a todos los que podían entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, a los que tenían entre treinta y cincuenta años. (Números 4, 35)

  • todos los que podían entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, los que tenían entre treinta y cincuenta años, (Números 4, 39)

  • todos los que podían entrar en servicio para ejercer funciones en la Carpa del Encuentro, es decir, los que tenían entre treinta y cincuenta años, (Números 4, 43)

  • -los que debían prestar servicios en el culto y el traslado de la Carpa del Encuentro, es decir, los que tenían entre treinta y cincuenta años- (Números 4, 47)

  • Una vez que haya puesto a la mujer delante del Señor, le descubrirá la cabeza y colocará en sus manos la oblación conmemorativa, es decir, la oblación motivada por los celos. El sacerdote, por su parte, tendrá en sus manos las aguas amargas, portadoras de maldición. (Números 5, 18)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina