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  • Saúl convocó al pueblo y le pasó revista en Telam: eran doscientos mil hombres de a pie y diez mil hombres de Judá. (I Samuel 15, 4)

  • Jesé dijo a su hijo David: "Toma esta bolsa de grano tostado y estos diez panes, y corre a llevárselos a tus hermanos al campamento. (I Samuel 17, 17)

  • Estos diez quesos se los entregarás al comandante. Fíjate bien cómo están tus hermanos y trae algo de ellos como prenda. (I Samuel 17, 18)

  • Saúl se puso furioso y muy disgustado por todo aquello, pensó: "A David le atribuyen los diez mil, y a mí tan sólo los mil. ¡Ya no le falta más que la realeza!". (I Samuel 18, 8)

  • y envió a diez jóvenes con este encargo: "Suban a Carmel, preséntense a Nabal, y salúdenlo de mi parte. (I Samuel 25, 5)

  • Al cabo de unos diez días, el Señor hizo morir a Nabal. (I Samuel 25, 38)

  • Entonces el rey salió a pie con toda su familia, pero dejó a diez de sus concubinas para cuidar la casa. (II Samuel 15, 16)

  • Pero la tropa respondió: "Tú no vendrás con nosotros. Porque si tenemos que huir, eso no le importaría a nadie; y aunque muriera la mitad de nosotros, tampoco nos tendrían en cuenta. Tú, en cambio, vales ahora por diez mil de nosotros. Es mejor que estés pronto a socorrernos desde la ciudad". (II Samuel 18, 3)

  • Joab replicó al hombre que le dio la noticia: "Y si lo viste, ¿por qué no lo dejaste tendido allí mismo? ¡Yo ahora te hubiera dado diez siclos de plata y un cinturón!". (II Samuel 18, 11)

  • Luego diez jóvenes, los escuderos de Joab, rodearon a Absalón y lo acabaron de matar. (II Samuel 18, 15)

  • Pero los hombres de Israel replicaron a los de Judá: "Nosotros tenemos sobre el rey, incluso sobre David, diez veces más derechos que ustedes. ¿Por qué nos han relegado? ¿No fuimos nosotros los primeros en proponer que volviera nuestro rey?". A esto respondieron los hombres de Judá con palabras aún más duras. (II Samuel 19, 44)

  • David entró a su casa en Jerusalén. Entonces el rey tomó a las diez concubinas que había dejado al cuidado de la casa y las puso en un recinto bien custodiado. Él proveía a su mantenimiento, pero no tuvo más relaciones con ellas, y así estuvieron recluidas, viviendo como viudas, hasta el día de su muerte. (II Samuel 20, 3)


“Mesmo a menor transgressão às leis de Deus será levada em conta.” São Padre Pio de Pietrelcina