pronađen 1659 Rezultati za: Casa de Obed-Edom

  • Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en la casa de Carpo, y también los libros, sobre todo, los rollos de pergamino. (II Timoteo 4, 13)

  • a ser modestas, castas, mujeres de su casa, buenas y respetuosas con su marido. Así la Palabra de Dios no será objeto de blasfemia. (Tito 2, 5)

  • y a la Iglesia que se reúne en tu casa, así como también a la hermana Apia y a nuestro compañero de lucha Arquipo. (Filemon 1, 2)

  • Él es fiel a Dios, que lo constituyó como tal, así como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios. (Hebreos 3, 2)

  • Porque él fue considerado digno de una gloria superior a la de Moisés, en la misma medida en que la dignidad del constructor es superior a la de la casa. (Hebreos 3, 3)

  • Porque toda casa tiene su constructor, y el constructor de todas las cosas es Dios. (Hebreos 3, 4)

  • Moisés fue fiel en toda su casa, en calidad de servidor, para dar testimonio de lo que debía anunciarse, (Hebreos 3, 5)

  • mientras que Cristo fue fiel en calidad de Hijo, como jefe de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, con tal que conservemos la seguridad y la esperanza de la que nos gloriamos. (Hebreos 3, 6)

  • En cambio, Dios hizo al pueblo este reproche: Llegarán los días -dice el Señor- en que haré una Nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá, (Hebreos 8, 8)

  • Y esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel después de aquellos días-dice el Señor-: Pondré mis leyes en su conciencia, las grabaré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo. (Hebreos 8, 10)

  • También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios. (Hebreos 10, 21)

  • también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo. (I Pedro 2, 5)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina