Proverbios, 21
25. Los deseos del perezoso lo matan, porque sus manos rechazan el trabajo.
25. Los deseos del perezoso lo matan, porque sus manos rechazan el trabajo.
“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina