31. Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda;





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina