20. Por eso, esto dice el Señor: He aquí que mi cólera, mi furor, se va a desencadenar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra. Y quemará sin apagarse.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina