14. Entonces él ordenó: "Prendedlos vivos". Los prendieron vivos y los degollaron en la cisterna de Bet Equed. Eran cuarenta y dos hombres, y no quedó de ellos ni uno solo.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina