15. Unos hombres designados expresamente confortaron a los prisioneros y, de lo mismo que les habían quitado, los vistieron, los calzaron, les dieron de comer, les curaron las heridas, montaron en asnos a los que estaban fatigados y los llevaron a Jericó, la ciudad de las palmeras, junto a sus hermanos; luego regresaron a Samaría.





“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina