I Crónicas, 21
20. Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y, al ver al ángel, él y sus cuatro hijos se escondieron.
20. Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y, al ver al ángel, él y sus cuatro hijos se escondieron.
1 Crónicas 21 informes como David, alentado por Satanás, ordenó un censo de Israel, desafiando la ley de Dios y desafiando su confianza en Dios. Como resultado, Dios envió un ángel para castigar al pueblo de Israel con una plaga. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en 1 Crónicas 21:
Éxodo 30:12: "Cuando haces el censo de los hijos de Israel, cada uno de ellos le dará al Señor el rescate de su vida cuando se les dice; para que no haya plaga entre ellos, al contarlos". Este versículo destaca la importancia de seguir las leyes de Dios, incluida la realización de los censos, para evitar la ira divina.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento; Este versículo destaca la importancia de la confianza en Dios y en la obediencia a él en todas las circunstancias.
Salmo 106:29-30: "Lo desencadenaron con sus hechos; y una plaga estalló entre ellos. Luego la finura se puso de pie e intercedió, y cesó la peste". Este versículo destaca cómo la desobediencia a las leyes de Dios puede resultar en una plaga, pero la intercesión puede generar alivio.
2 Samuel 24:10: "Pero después de contar a la gente, David sintió remordimiento y le dijo al Señor:" He pecado mucho al hacerlo. Ahora, Señor, borra la culpa de tu siervo, porque actué muy tonto ". "Este versículo muestra que incluso cuando tomamos decisiones equivocadas, aún podemos pedirle perdón a Dios y buscar su misericordia.
Santiago 4:7-8: "Por lo tanto, se someten a Dios. Resisten al diablo, y él huirá de ti. Se acercan a Dios, y él se acercará a ti. Pecadores, limpia tus manos y tú que tienen la mente dividida , purifica el corazón ". Este versículo destaca la importancia de la sumisión a Dios, la resistencia al diablo y la lástima por la pureza del corazón.
O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina
