29. Allí está Edom, sus reyes y todos sus príncipes, que fueron puestos, a pesar de su prepotencia, entre las víctimas de la espada. Yacen entre incircuncisos, con los que bajan a la fosa.





“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina