29. El verdadero judío lo es interiormente, y la verdadera circuncisión es la del corazón, la que se hace según el espíritu y no según la letra de la Ley. A este le corresponde la alabanza, no de los hombres, sino de Dios.





“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina