1. La segunda suerte le tocó a Simeón, o sea, a la tribu de los hijos de Simeón con sus clanes. La herencia que se les asignó estaba en medio del territorio de los hijos de Judá.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina