2. Una canasta tenía higos muy buenos, como brevas; la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se los podía comer.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina