4. Hecho esto, postrados profundamente, suplicaron al Señor que nunca más los dejara caer en semejantes desgracias, y si alguna vez volvían a pecar, los corrigiera él mismo con bondad, en lugar de entregarlos a los paganos blasfemos y crueles.





“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina