32. En resumen, ellos tenían a su cargo el cuidado de la Carpa del Encuentro y la custodia del Santuario, y debían servir a los hijos de Aarón, sus hermanos, en el culto de la Casa del Señor.





“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina