13. Yo he querido purificarte de tu infame lascivia, pero tú no te has dejado purificar: por eso, no quedarás purificada hasta que no haya apaciguado mi furor contra ti.





“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina