Eclesiástico, 25
13. ¡Cualquier herida, menos la del corazón! ¡Cualquier maldad, menos la de una mujer!
13. ¡Cualquier herida, menos la del corazón! ¡Cualquier maldad, menos la de una mujer!
“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina