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  • Cuando Abrán volvía de derrotar a Codorlaomer y a los reyes que estaban con él, le salió al encuentro el rey de Sodoma en el valle de Savé, o sea, el valle del Rey. (Génesis 14, 17)

  • Melquisedec, rey de Salén, sacó pan y vino; era él sacerdote del Dios altísimo, y (Génesis 14, 18)

  • Entonces el Señor le dirigió la palabra y le dijo: "No, no será ése tu heredero, sino uno salido de tus entrañas". (Génesis 15, 4)

  • pero yo juzgaré al pueblo al que habrán estado sometidos, y saldrán de él con muchos bienes. (Génesis 15, 14)

  • Será un potro salvaje; su mano será contra todos y la de todos contra él. Vivirá en contra de todos sus hermanos". (Génesis 16, 12)

  • Te multiplicaré inmensamente: yo haré que de ti salgan pueblos y nazcan reyes. (Génesis 17, 6)

  • Yo la bendeciré y te haré tener de ella un hijo. Yo la bendeciré, y de ella nacerán pueblos y saldrán reyes". (Génesis 17, 16)

  • Abrahán fue deprisa a la tienda de Sara, y le dijo: "Toma en seguida tres medidas de harina, amásala y haz panecillos". (Génesis 18, 6)

  • Lot salió, cerró la puerta y (Génesis 19, 6)

  • Lot fue a hablar con sus futuros yernos, los que se iban a casar con sus hijas, y les dijo: "Levantaos y salid de este lugar porque el Señor va a destruirlo". Pero ellos creían que estaba bromeando. (Génesis 19, 14)

  • Cuando ya estaban fuera, uno de los ángeles le dijo: "Ponte a salvo; no mires hacia atrás ni te detengas en toda la vega; huye a la montaña para que no perezcas". (Génesis 19, 17)

  • Mira, ahí cerca está esa ciudad donde me podría refugiar. Y es insignificante. Permíteme que me refugie en ella y salve mi vida". (Génesis 19, 20)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina