Trouvé 26 Résultats pour: quinientos

  • Lamec, después de haber engendrado a Noé, vivió todavía quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 5, 30)

  • Noé, a la edad de quinientos años, engendró a Sem, Cam y Jafet. (Génesis 5, 32)

  • Después del nacimiento de Arfaxad, Sem vivió quinientos años, y engendró hijos e hijas. (Génesis 11, 11)

  • Seis gramos por cabeza, según el peso del santuario, para los sujetos al censo, de veinte años para arriba, que sumaban seiscientos tres mil quinientos cincuenta. (Exodo 38, 26)

  • De la mitad correspondiente a los combatientes, reserva como tributo al Señor el uno por quinientos en hombres, bueyes, asnos y ovejas; (Números 31, 28)

  • Los pastos que daréis a los levitas en torno a las ciudades se extenderán quinientos metros a la redonda, a partir de las murallas. (Números 35, 4)

  • Joab dio al rey el resultado del censo del pueblo: había en Israel ochocientos mil hombres de guerra que blandían la espada, y en Judá, quinientos mil. (II Samuel 24, 9)

  • La provisión diaria de Salomón era: trece mil quinientos kilos de flor de harina y veintisiete mil de harina corriente; (I Reyes 5, 2)

  • Los jefes y los capataces que tenía el rey Salomón al mando de los obreros eran quinientos cincuenta. (I Reyes 9, 23)

  • Quinientos simeonitas se fueron al monte Seír bajo la guía de Pelatías, Nearías, Refayas y Uziel, hijo de Yisí; (I Crónicas 4, 42)

  • Los clavos, de oro también, pesaban quinientos cincuenta gramos cada uno. Revistió también de oro las salas superiores. (II Crónicas 3, 9)

  • hasta tres mil cuatrocientos kilos de plata, cuarenta y cinco toneladas de trigo, cuatro mil quinientos litros de vino cuatro mil quinientos de aceite; la sal se le dará sin tasa. (Esdras 7, 22)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina