Trouvé 212 Résultats pour: octava alianza

  • y fue al templo del Señor con todos los hombres de Judá, los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, chicos y grandes, y leyó ante ellos todas las palabras del libro de la alianza encontrado en el templo del Señor. (II Crónicas 34, 30)

  • Y luego, de pie en el estrado, selló ante la presencia del Señor el pacto de seguir al Señor, de guardar sus mandatos, sus instrucciones y sus leyes con todo el corazón y con toda el alma y de cumplir las cláusulas de la alianza escritas en aquel libro. (II Crónicas 34, 31)

  • Hizo que todos los presentes de Judá y de Benjamín ratificaran la alianza. Los habitantes de Jerusalén obraron según la alianza de Dios, Dios de sus padres. (II Crónicas 34, 32)

  • Y exclamé: "¡Ah Señor, Dios del cielo, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y la fidelidad con los que te aman y observan tus mandamientos! (Nehemías 1, 5)

  • Y ahora, oh Dios nuestro, Dios grande, poderoso y terrible, que guardas la alianza y la misericordia, no tengas en poco todas las desgracias que han caído sobre nosotros, sobre nuestros reyes, nuestros jefes, nuestros sacerdotes, nuestros profetas, nuestros padres y todo tu pueblo, desde la época de los reyes de Asiria hasta el presente. (Nehemías 9, 32)

  • Dame palabras seductoras para herir y deshacer a los que tienen tan perversos planes contra tu alianza, contra tu santuario, el monte de Sión y la casa que pertenece a tus hijos. (Judit 9, 13)

  • Al maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. En octava. Salmo de David (Salmos 6, 1)

  • Al maestro de coro. En octava. Salmo de David (Salmos 12, 1)

  • los caminos del Señor son amor y lealtad para quien guarda su alianza y sus preceptos. (Salmos 25, 10)

  • El Señor se confía a sus leales y les explica su alianza. (Salmos 25, 14)

  • Todo esto nos llegó sin haberte olvidado, sin haber traicionado tu alianza, (Salmos 44, 18)

  • "Reunid a mis leales, los que firmaron mi alianza ofreciendo un sacrificio". (Salmos 50, 5)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina