Trouvé 1575 Résultats pour:

  • Por la fe Moisés, siendo ya mayor, no quiso ser tenido por hijo de la hija del Faraón, (Hebreos 11, 24)

  • Y el espectáculo era tan terrible que Moisés dijo: Estoy aterrado y temblando. (Hebreos 12, 21)

  • vosotros, que no sabéis qué pasará mañana. ¿Qué es vuestra vida? Sois humo, que aparece un instante y luego se disipa. (Santiago 4, 14)

  • El jornal de los obreros que segaron vuestros campos, defraudado por vosotros, clama, y los lamentos de los segadores han llegado a los oídos del Señor todopoderoso. (Santiago 5, 4)

  • Mirad cómo tenemos por dichosos a los que fueron pacientes. Habéis oído la paciencia de Job y habéis visto el designio del Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5, 11)

  • Vosotros, por el contrario, sois linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para anunciar las grandezas del que os ha llamado de las tinieblas a su luz maravillosa, (I Pedro 2, 9)

  • Pues el Señor mira por los que practican la justicia y tiene los oídos atentos a sus súplicas; pero el Señor se enfrenta con los criminales (I Pedro 3, 12)

  • Dichosos vosotros, si sois ultrajados en nombre de Cristo, pues el Espíritu de la gloria, que es el Espíritu de Dios alienta en vosotros. (I Pedro 4, 14)

  • Saludaos mutuamente con el abrazo del amor fraternal. Que la paz esté con todos los que sois de Cristo. (I Pedro 5, 14)

  • Esta voz bajada del cielo la oímos nosotros cuando estábamos con él en el monte santo, (II Pedro 1, 18)

  • ya que, viéndose obligado a habitar en medio de ellos, este justo sentía torturada su alma inocente día tras día a causa de las obras perversas que veía y oía...). (II Pedro 2, 8)

  • Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado, lo que han tocado nuestras manos acerca de la palabra de la vida, (I Juan 1, 1)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina