Trouvé 514 Résultats pour: nada

  • Porque el Señor Dios no hace nada sin que manifieste su plan a sus siervos los profetas. (Amós 3, 7)

  • Yo no os dejé nada que llevar a la boca en todas vuestras ciudades, os dejé sin pan en todos vuestros lugares, ¡y no habéis vuelto a mí!, dice el Señor. (Amós 4, 6)

  • Os regocijáis por nada, y decís: "¿No hemos tomado con nuestra fuerza a Carnáyim?". (Amós 6, 13)

  • Esto dice el Señor sobre los profetas que engañan a mi pueblo; cuando tienen algo que masticar entre sus dientes, entonces gritan: "¡Paz!", pero a quien no les pone nada en la boca le declaran la guerra. (Miqueas 3, 5)

  • Y el resto de Jacob será, en medio de la multitud de los pueblos, como rocío que viene del Señor, como lluvia sobre la hierba, que no aguarda a los hombres ni espera nada de los mortales. (Miqueas 5, 6)

  • El Señor es paciente, pero de gran poder, y no deja pasar nada. El Señor camina en la tempestad y en el huracán, y las nubes son el polvo de sus pies. (Nahún 1, 3)

  • ¿Es que no depende del Señor omnipotente que los pueblos trabajen para el fuego y las naciones se afanen para nada? (Habacuc 2, 13)

  • Pues la higuera no volverá a echar brotes, ni habrá más frutos en las viñas; los campos no darán nada que comer, faltará la oveja en el aprisco y en los establos no habrá vacas. (Habacuc 3, 17)

  • En aquel tiempo yo registraré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que se sientan en sus heces y dicen: "El Señor no hace nada, ni bien ni mal". (Sofonías 1, 12)

  • Sus jefes son, en medio de ella, como leones rugientes; sus jueces, como lobos nocturnos que no dejan nada para la mañana. (Sofonías 3, 3)

  • El Señor es justo en medio de ella, no hace nada injusto; cada mañana dicta su sentencia, nunca falta al alba; pero el malvado no conoce la vergüenza. (Sofonías 3, 5)

  • ¿Quién queda de entre vosotros que haya visto esta casa en su esplendor primero? ¿Y cómo la veis ahora? ¿No es como nada ante vuestros ojos? (Ageo 2, 3)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina