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  • Dios dijo: "Produzca la tierra vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que den sobre la tierra frutos que contengan la semilla de su especie"; y así fue. (Génesis 1, 11)

  • La tierra produjo vegetación: plantas con semilla de su especie y árboles frutales que contienen la semilla propia de su especie. Vio Dios que esto estaba bien. (Génesis 1, 12)

  • El Señor dijo a Noé: "Entra en el arca tú con toda tu familia, porque tú eres el único hombre justo que he encontrado en esta generación. (Génesis 7, 1)

  • A partir de éstos se hizo la repartición de las naciones en las islas: cada uno con su tierra según su lengua y su nación, según su familia. (Génesis 10, 5)

  • Éstos fueron los hijos de Sem según sus familias, lenguas, países y naciones. (Génesis 10, 31)

  • Tales fueron las familias de los hijos de Noé según sus generaciones y naciones. A partir de ellos se hizo la repartición de las naciones sobre la tierra después del diluvio. (Génesis 10, 32)

  • Abrán y Najor se casaron. La mujer de Abrán se llamaba Saray, y la de Najor Milcá, hija de Harán, padre de Milcá y de Yiscá. (Génesis 11, 29)

  • A Sara le dijo: "Mira, yo he dado mil monedas de plata a tu hermano; esto será para ti como una venda sobre los ojos de todos los que están contigo y ante cualquiera, y tú serás enteramente justificada". (Génesis 20, 16)

  • Después de todo esto se enteró de que su hermano Najor había tenido hijos de Milcá: (Génesis 22, 20)

  • Betuel fue el padre de Rebeca. Estos ocho hijos le dio Milcá a Najor. (Génesis 22, 23)

  • El Señor, Dios del cielo y de la tierra, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mi familia, que me habló y me juró diciéndome: Yo daré esta tierra a tu descendencia, él enviará su ángel delante de ti, para que tomes de allí mujer para mi hijo. (Génesis 24, 7)

  • No había acabado de hablar, cuando Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milcá y mujer de Najor, hermano de Abrahán, salía con su cántaro al hombro. (Génesis 24, 15)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina