Trouvé 858 Résultats pour: mes

  • Pues ¿quién te hace a ti superior? Y ¿qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido? (I Corintios 4, 7)

  • No podéis beber a la vez el cáliz del Señor y el de los demonios. No podéis participar a la vez de la mesa del Señor y de la de los demonios. (I Corintios 10, 21)

  • Hermanos, os recuerdo el evangelio que os anuncié, el que aceptasteis, en el que permanecéis firmes, (I Corintios 15, 1)

  • Por esto, queridos hermanos, manteneos firmes, inconmovibles, trabajando más y más en la obra del Señor, sabiendo que el Señor no dejará sin recompensa vuestro trabajo. (I Corintios 15, 58)

  • Estad alerta, permaneced firmes en la fe, sed hombres, sed fuertes. (I Corintios 16, 13)

  • Pues todas las promesas de Dios se cumplieron en él. Por eso, cuando glorificamos a Dios, decimos "amén" por Jesucristo. (II Corintios 1, 20)

  • Dios es el que a nosotros y a vosotros nos mantiene firmes en Cristo y nos ha consagrado. (II Corintios 1, 21)

  • no porque quiera controlar autoritariamente vuestra fe, pues os mantenéis firmes en ella, sino para contribuir a vuestra alegría. (II Corintios 1, 24)

  • Hermanos míos, ya que tenemos estas promesas, purifiquémonos de todo lo que mancha el cuerpo o el espíritu, perfeccionando nuestra consagración en el temor de Dios. (II Corintios 7, 1)

  • Examinaos a vosotros mismos a ver si estáis firmes en la fe; poneos vosotros mismos a prueba. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros? A ver si es que no superáis la prueba. (II Corintios 13, 5)

  • Ahora bien, Dios hizo las promesas a Abrahán y a su descendencia. No dice "a tus descendientes", como si fueran muchos, sino a tu descendencia, refiriéndose a Cristo. (Gálatas 3, 16)

  • Lo que quiero decir es esto: Dios hizo un pacto con Abrahán en toda regla; por tanto, una ley, que vino cuatrocientos años después, no pudo anularlo ni dejar sin valor la promesa de Dios. (Gálatas 3, 17)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina