Trouvé 677 Résultats pour: mano

  • Los leños en los cuales hayas escrito los tendrás en la mano ante sus ojos (Ezequiel 37, 20)

  • Iré a saquear, a pillar botín, a extender la mano sobre ruinas repobladas y sobre un pueblo congregado de entre las naciones, que está entregado a reponer el ganado y la hacienda y que habita en el corazón de la tierra. (Ezequiel 38, 12)

  • pero allí despedazaré el arco de tu mano izquierda y haré caer las flechas de tu diestra. (Ezequiel 39, 3)

  • Así manifestaré mi gloria a las naciones, y todas las naciones verán la sentencia que yo ejecutaré y la mano que pondré sobre ellos. (Ezequiel 39, 21)

  • El año veinticinco de nuestro destierro, al comienzo del año, el día diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, aquel día el Señor puso su mano sobre mí y me llevó, (Ezequiel 40, 1)

  • Me llevó allá; había allí un personaje de aspecto semejante al bronce, que tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie junto a la puerta. (Ezequiel 40, 3)

  • Sirvieron primero al pueblo ante sus ídolos y fueron ocasión de pecado para la casa de Israel; por eso he levantado mi mano contra ellos, dice el Señor Dios. Los levitas cargarán con el peso de su pecado. (Ezequiel 44, 12)

  • El hombre salió en dirección este y con un cordel que llevaba en la mano midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. (Ezequiel 47, 3)

  • Recibiréis cada uno por igual la parte que os toca del territorio que yo, mano en alto, juré dar a vuestros padres; esta tierra será vuestra heredad. (Ezequiel 47, 14)

  • Ananías, Azarías, Misael, bendecid al Señor, alabadlo y ensalzadlo eternamente, porque nos ha salvado de la fosa, nos ha arrancado de la mano de la muerte, nos ha librado del horno de llama ardiente, de en medio del fuego nos libró. (Daniel 3, 88)

  • Ante él todos los habitantes de la tierra no valen nada; él hace lo que quiere con las milicias de los cielos y con los habitantes de la tierra. No hay nadie que pueda detener su mano, o le diga: ¿Qué haces? (Daniel 4, 32)

  • De pronto aparecieron los dedos de una mano humana, que se pusieron a escribir, delante del candelabro, en la pared del palacio real. El rey, al ver la mano que escribía, (Daniel 5, 5)


“Deve-se caminhar em nuvens cada vez que se termina uma confissão!” São Padre Pio de Pietrelcina